La cerveza se ha convertido en uno de esos placeres prohibidos en base a su supuesta elevada carga calórica. Desmenuzamos en esta entrada esta afirmación y trataremos de, en la medida de lo posible, demostrar que beber cerveza diariamente puede ser algo absolutamente complementario para una dieta equilibrada.
Bajo contenido en alcohol y calorías
En primer lugar tenemos que poner de manifiesto que una cerveza no es tan calórica como en ocasiones se nos hace creer. Estudios científicos aseguran que el contenido en calorías de una cerveza estándar es de unas 105 kcal para 330 mililitros, lo que supone aproximadamente el 5% de las necesidades energéticas diarias de una persona de mediana edad y actividad física normal.Por otra parte, una de las grandes ventajas de la cerveza frente a otras bebidas alcohólicas es su bajo contenido en alcohol. Es habitual que la graduación de una cerveza oscile entre los cuatro y cinco puntos porcentuales.
De este modo nos encontramos con que es totalmente asumible en la dieta de cualquier persona medianamente activa la ingesta de un “tercio” de cerveza diario. Es más. Es conocido que la cerveza contribuye a reducir el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares al aumentar la concentración de colesterol “bueno” y reducir la del colesterol “malo”. Por otra parte, la composición 100% natural de la cerveza nos aporta gran cantidad de vitaminas y minerales que, además, se digieren e incorporan al organismo con elevada facilidad.
La cerveza, per sé, no engorda
Algunos estudios destruyen el mito de que la cerveza engorda. Su consumo moderado, del orden de una o dos cervezas diarias, no tiene un efecto directo sobre la masa corporal. En muchas ocasiones es todo el ritual que acompaña a la ingesta de cerveza el que rompe con nuestra dieta. Es normal acompañar la cerveza de algún aperitivo como puedan ser un plato de olivas, unas patatas fritas o unos cacahuetes. Son éstos últimos, pero no la cerveza, los que incorporan a nuestra dieta unas kcal extra que no teníamos previstas.En conclusión, el consumo moderado de cerveza a diario, del orden de una o dos al día, puede ser totalmente compatible con una dieta equilibrada. Comprobado el contenido en calorías de las cervezas, no tenemos que preocuparnos por tomar una cerveza al día en nuestras citas o con los amigos siempre y cuando lo hagamos en cantidades razonables y mantengamos una actividad física normal.