La
sexualidad masculina ha sido –y sigue siendo- caldo de cultivo de un sinfín de
estereotipos y clichés que distorsionan su realidad. Uno de ellos es la
predisposición permanente del hombre a practicar sexo, así como su elevado
interés por el mismo. Diversos estudios respaldan la idea mucho más realista de
que no todos responden a dicho patrón. De hecho, disfunciones sexuales como la
falta de libido afectan a un porcentaje nada despreciable de varones adultos.
Nos interesamos por las causas de este problema y sus soluciones. Y es que no
hay que olvidar que las complicaciones asociadas a la sexualidad del hombre van
mucho más allá de la impotencia y la eyaculación precoz.
¿Qué es la falta de deseo sexual?
La
falta de deseo sexual, también conocida como baja libido o deseo sexual
inhibido, es una patología bastante común que se caracteriza por la ausencia de
interés en mantener relaciones íntimas.
Dependiendo del grado de la misma, hablaremos de deseo sexual inhibido
de tipo primario o secundario. Mientras aquél afecta a hombres que nunca han
mostrado ninguna inclinación por el sexo, el secundario sucede cuando la libido
sufre un descenso repentino y más o menos duradero. No hay que confundir este
tipo de patología con las frecuentes diferencias en los niveles de actividad
sexual dentro de una pareja. Tampoco se incluyen dentro de esta categoría situaciones
en las que el hombre se muestra menos receptivo a la estimulación íntima a
causa de circunstancias ambientales como el consumo excesivo de alcohol u otras
sustancias excitantes.
Causas de la falta de deseo sexual en el
hombre
Esta
disfunción sexual masculina no suele tener un origen físico. De hecho, la
realización de exámenes médicos y pruebas de laboratorio difícilmente ayudará a
la hora de su diagnóstico. Tan solo serán válidos cuando la causa de la falta
de deseo sexual esté directamente relacionada con un descenso en los niveles de
estrógenos, la hormona masculina encargada de regularla. De todas formas, un
porcentaje elevado de los casos de baja libido en el hombre suele estar
asociado a factores de tipo psicológico. Los problemas de pareja ocupan un
lugar importante entre ellos. A pesar de que tendamos a considerar que el
placer masculino está mucho más ligado al aspecto físico y la estimulación
genital, la mente juega en ello un papel clave. Si no existe una buena
comunicación o si hay problemas en la relación, puede que el hombre vea
canalizada su tensión a través de la falta de excitación. El estrés y la fatiga
también pueden desencadenar una bajada
del deseo sexual. Ésta es frecuente además en hombres que han sufrido malas
experiencias anteriores o presentan algún tipo de trauma relacionado con la
práctica del sexo.
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