La hipertensión es uno de los problemas de salud más frecuentes en nuestro país. Al igual que la diabetes o el colesterol alto, la tensión elevada afecta cada vez a más adultos. De hecho, estudios recientes sitúan la cifra en 14 millones de personas, algo más del 40% de la población general de España. A pesar de toda la información con la que contamos sobre esta patología, no dejamos de conocer nuevos datos sobre su etiología, así como sobre las posibilidades de su control y tratamiento. Curiosamente, la hipertensión parece ser una cosa de hombres. Veamos por qué.
¿Qué es la hipertensión arterial?
Es una afección crónica que se produce cuando las lecturas de la presión sanguínea en las arterias supera un determinado umbral. Una tensión anormal suele situarse en torno a una presión sistólica sostenida por encima de 139 mm/Hg o una presión diastólica superior a 89 mm/Hg. Ambas cifras suponen un riesgo grave para la salud, pudiendo sufrirse aterosclerosis. Su carácter asintomático hace de ella uno de los mayores factores de mortalidad en los países desarrollados, pudiendo también desencadenar otros problemas de salud secundarios como enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares o renales. No en vano, recibe el sobrenombre de "la plaga silenciosa del siglo XXI".
El hombre, propenso a la hipertensión
Se considera que los hombres tienen más probabilidad de sufrir hipertensión -al menos hasta alcanzar la edad madura, en torno a los 50 años-. Ello se debe a que las mujeres poseen una hormona -el estrógeno- que actúa como protector y barrera frente a las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el nivel de estrógenos desciende con la edad, por lo que tras la menopausia las mujeres y los hombres ven equiparado sus respectivos niveles de riesgo de sufrir hipertensión. Otro punto que ha predispuesto tradicionalmente a los hombres a desarrollar esta enfermedad era su mayor consumo de bebidas alcohólicas. En la actualidad las mujeres han, por desgracia, recuperado terreno en este punto al igual que en el tabaquismo, por lo que la diferencia ya no es tan abismal. No se recomienda tomar más de dos unidades de alcohol al día. Al aumentar la presión arterial, se aumenta también las probabilidades de padecer insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares y arritmias cardíacas. La hipertensión masculina suele estar menos diagnosticada y no siempre recibe el tratamiento más adecuado. Tan solo un 22% de los hombres declaran conocer, tratar y controlar los niveles de su presión sanguínea. Los no parecen demasiado esperanzadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario! Antes de ser publicado, lo someteremos a moderación