Mirarse al espejo y comprobar los avances de las entradas en
las sienes es un gesto que miles de hombres hacen cada mañana. Y cada noche. La
pérdida de cabello puede convertirse no solo en un una preocupación estética,
sino en todo un trauma psicológico para quien la sufre. Normalmente afecta más
a los hombres que a las mujeres, pues en ella interviene la hormona masculina
por excelencia: la testosterona. Una vez se empiezan a percibir los primeros signos
de calvicie, comienza una larga travesía del desierto a la búsqueda del remedio
definitivo que frene el proceso irreversible. Cualquier solución parece válida,
desde el consumo de ciertos alimentos hasta la aplicación de lociones y geles.
Sin embargo, todas las esperanzas depositadas en ellos pueden verse a menudo transformadas
en decepción. Y es que no siempre los tratamientos contra la caída del pelo son
todo lo milagrosos que prometen ser. Descubramos más sobre la cara oculta delas vitaminas y los cosméticos.
Luchando contra la
calvicie
En un primer momento, suele echarse mano de algunos recursos
más o menos caseros como introducir en la dieta semanal determinados productos.
Es bien sabido que la alimentación tiene una gran repercusión no solo en el
estado de nuestro organismo, sino también en el aspecto que presenta nuestra
piel, nuestras uñas y nuestro cabello. Por eso, es interesante optar por
comidas ricas en nutrientes que refuercen y mejoren el aspecto de este último.
El hierro, el ácido fólico, las vitaminas A, B6 y B12 o el Omega 3 y 6 son
esenciales para conseguirlo. Lentejas, tomate, zanahoria, hígado, germen de
trigo, huevos, carne de pollo o las nueces no deben faltar en la mesa. Eso sí,
la dieta por sí sola no es capaz de ofrecer resultados espectaculares. Para
ello, se necesita recurrir a tratamientos farmacológicos específicos para la pérdida de cabello.
Los cosméticos para
la alopecia: ¿placebo o realidad?
No hace muchas semanas, se celebraba en Madrid el I Curso de
Actualización en Tricología. Allí, los expertos coincidían en subrayar que
ciertos productos como geles, champús o lociones para la calvicie no tienen en
realidad ninguna eficacia probada. El folículo piloso es muy profundo, por lo
que el simple lavado y aclarado no consigue penetrar en él. Tampoco las vitaminas son mano de santo. Y es que no debemos
olvidar que, por mucho que prime el impacto estético de la alopecia, ésta no
deja de ser un problema médico y como tal ha de ser tratado. Es importante
acudir a un especialista que valore las causas por las que se produce la
pérdida de cabello en cada caso, pues la lista de las mismas es casi infinita.
Será él quien determine qué medicación es la más adecuada. Los tratamientos con
factores de crecimiento y los fármacos suelen dar buenos resultados, siendo
además seguros para los pacientes.
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