28 de agosto de 2013

¿Es realmente posible la vasectomía reversible?


En la actualidad, existe una gran variedad de métodos para evitar el embarazo. La mayor parte de ellos están pensados para la mujer, aunque también el hombre puede participar activamente en la planificación anticonceptiva. El más extendido de los sistemas de anticoncepción exclusivamente masculinos es, sin lugar a dudas, el preservativo. Presenta numerosas variantes que le permiten adaptarse a las necesidades de cada uno. Diversos tamaños, texturas, materiales o formas contribuyen no solo a garantizar en hasta un 99% la seguridad de este método, sino también la calidad de las relaciones sexuales al usarlo. Otra opción para el hombre es recurrir a la vasectomía. Sin embargo, a diferencia del preservativo, se trata de una fórmula de anticoncepción radical. Esta cirugía es, en principio, definitiva. Y decimos en principio porque, en caso de que el hombre cambie de opinión y desee tener hijos en un futuro, puede intentarse una reversión de la vasectomía. Eso sí, su eficacia no está asegurada. Analizamos la realidad de este tipo de cirugía. 

Una vasectomía es…
una intervención quirúrgica que tiene por objetivo la esterilización masculina. Su carácter a priori irreversible exige una decisión plenamente consciente por parte del hombre antes de someterse a ella. El hombre ha de asumir las consecuencias de la misma sobre su capacidad reproductiva. Normalmente, se suele recurrir a la vasectomía en casos muy concretos. Algunos son: no desear tener más hijos, no poder o no querer usar un método anticonceptivo alternativo, evitar el mayor margen de error asociado a los procedimientos de esterilización femenina (ligadura de trompas), padecer alguna enfermedad de tipo hereditario conocida o que la mujer sufra alguna complicación que pueda agravarse con el embarazo. Esta operación no se aconseja en general a hombres jóvenes por el gran impacto que tiene sobre su salud reproductiva. No tiene, sin embargo, ninguna repercusión sobre la capacidad sexual masculina. Ni los niveles hormonales, ni la libido o el deseo sexual deberían sufrir variación alguna. 

Vasectomía reversible
Si, a pesar de haber decidido someterse a una vasectomía, el hombre cambia de opinión pasado un tiempo, puede intentarse una reversión de la misma. La llamada vaso-vasostomía consiste en volver a unir los conductos deferentes seccionados anteriormente. Así se conseguiría que los espermatozoides volviesen a circular, integrándose en el semen. Ha de ser un urólogo quien determine si el hombre es apto o no para someterse a esta nueva cirugía. Para emitir una valoración, se tendrá en cuenta no solo el historial clínico del paciente, sino también un estudio de sus niveles hormonales y una exploración testicular. La vasectomía reversible puede realizarse por dos procedimientos: microcirugía o cirugía sin microscopio. En principio, la primera es la más eficaz. Los resultados, sin embargo, dependerán en gran medida de la técnica utilizada previamente en la vasectomía, así como de la presencia de espermatozoides en el conducto deferente en el momento de la intervención. La vasectomía reversible suele ser costosa en términos económicos y médicos. A su elevado precio se une la imposibilidad de garantizar su eficacia.

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